sábado, 6 de octubre de 2012

El tren sale a la una

Me da asco llorar.
Es como si fuera una cascada, gotas de lluvia que una a una van cayendo...
Pero, ¿para qué?
Las heridas no cicatrizan si lloras, al revés, se abren aún más.
Marcan una senda desde tus ojos hasta el filo de tu cara.
Gota a gota vas acumulando pena.
Una, dos, tres, cuatro,...
La oscuridad te rodea, ahora no ves nada.
¿Qué es el dolor?
Es eso que te impide dormir por la noche.
Que cuando desaparece te quedas un rato buscando, como si te extrañase que se haya ido.
Pero es solo un espejismo, porque tarde o temprano lo volverás a encontrar, en mayor o menor medida.
Se soporta. Vas esquivando piedras, los problemas se van y vienen otros.
Un puto oceáno de problemas que te estrangula en cada paso mal dado.
Uno, cincuenta, cien, mil...
Cada día, cada noche.
¿Dónde vas? ¿Por qué complicas más las cosas?
Una revolución en tu vida que poco a poco se va extingiendo...
No es nada por fuera, es todo por dentro.
Las historias son páginas en un libro que el vientro arranca con el paso del tiempo.
Júntalas, cuando te descuides ya se volverán a perder.
¿Salvarse? Que se salven otros, yo ya no puedo.
Que el mar te lleve a otra parte, el mundo es muy grande y éste ya no será tu puerto.
Nací teniendo un alma, no dos. Y por muy rota que esté, es parte de mi vida.
No hay almas gemelas, solo rayos de Sol después de una tormenta.
Las nubes vuelven, y poca luz es capaz de atravesarla.
No creas en palabras que son verdaderas, cree en las mentiras que te dice la gente.
Vivirás mejor, por supuesto. Vivirás sin mi, vivirás sin ti.
Puntos suspensivos para explicar todo, a la hora de la verdad no sabes nada
Sin sentido, desorientado, le das una patada al aire.
Todo lo importante es como ese aire. No lo ves, pero necesario para tu vida.
La nada no la ves. ¿Quizás la nada sea lo mejor?
Lo mejor es pensar que habrá alguien peor que tú y que no se queja tanto...

No te rindas...
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario